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El desarrollo de la informática y de las telecomunicaciones marcan una nueva era y nuevas formas en los conceptos y prácticas de la administración y de las nuevas estructuras empresariales. El futuro de las organizaciones será determinado por la tecnología y de alguna manera también estará influenciado por la creciente importancia del sector servicios dentro de la actividad económica, especialmente los servicios personales.Igualmente la globalización y los procesos de integración por bloques geográficos de las economías, el comercio y las finanzas, no sólo han sido posibles gracias a estos desarrollos tecnológicos sino que contribuyen a esa evolución organizacional, convirtiéndose en causa y a su vez consecuencia de las nuevas formas de interrelación empresarial.
Las alianzas estratégicas u operativas que se están imponiendo tendrán cada vez mayores espacios, buscando fortalezas que le permitan a las empresas sobrevivir y ganar participación en la competencia descarnada e irreversible que estamos viviendo. Este modelo de desarrollo marcará también profundamente el estilo gerencial y administrativo del futuro.
La época que estamos viviendo es la de la información y hacia el futuro ésta será más y más importante. El conocimiento será la principal fortaleza competitiva, tanto de las empresas como de las personas, quienes lo aportarán de diversas formas al proceso productivo y una de ellas será el manejo de sofisticadas máquinas dotadas de procesadores, para lo cual sólo se requerirán pocas personas con avanzados conocimientos. Aún hoy, esto ya lo estamos viendo en las empresas que están aplicando tecnologías de punta.
La tendencia del desarrollo es hacia la producción sistematizada y la robótica, lo que lleva necesariamente a que la fuerza de trabajo sea más especializada y a que el número de trabajadores en las plantas se disminuya a la vez que se requerirán niveles mucho más altos de capacitación, de tal forma que la concentración de personal en los sitios de trabajo empezará a ser menor.
Por otro lado, gran parte de los llamados servicios personales y de los trabajos que realizan los profesionales para una empresa, relacionados con el pensar, preparar, analizar, estudiar y evaluar proyectos, así como las asesorías en muchos campos, podrán hacerse desde un lugar distinto a la sede de la empresa, tendiendo a trabajar en su propio hogar, oficina particular o sitios especialmente acondicionados para ello. La tecnología, especialmente las telecomunicaciones y la informática serán el soporte para este proceso, el cual se verá acentuado por la dificultad para trasladarse en los grandes centro urbanos, donde ya hoy en día se están invirtiendo varias horas en el proceso improductivo de trasladarse de un lugar a otro.
Todas estas características y condiciones marcarán definitivamente un cambio en las relaciones laborales y tenemos que prepararnos para ello. El hecho de que las plantas de producción van a requerir menos operarios y que éstos sean más especializados va a permitir y a imponer niveles más altos de remuneración y en general mejores condiciones laborales, exigiendo al Estado y a las empresas un impulso especial y una orientación pertinente a la educación y a la capacitación, entre otras cosas para poder mejorar la productividad y orientar el desarrollo en busca de atender los problemas de desempleo que se pueden generar.
Igualmente la circunstancia de que se incrementarán las labores atendidas mediante outsourcing, o contratación con firmas especializadas y aún con profesionales independientes, también determinará que la estructura en las empresas va a variar radicalmente.
La necesidad de tener sistemas de capacitación y desarrollo permanentes para los trabajadores, así como los programas de salud ocupacional y riesgos profesionales, requisitos ambos para mejoras en la productividad laboral y la competitividad de las empresas, determinarán en general también condiciones laborales más favorables.
Con todos estos cambios las organizaciones laborales tendrán cada día menos temas de lucha al interior de las empresas y necesitarán virar su visión progresivamente hacia objetivos más sociales, como lograr empleo o trabajo productivo para todos aquellos que están en capacidad de hacerlo, o impulsar microempresas que se especialicen en ofrecer servicios.
Cómo abocar estos temas? Involucrándose cada día más en las decisiones del Estado. Participando como fuerzas sociales en los órganos de decisión, aportando dentro de sus respectivos partidos políticos sus conocimientos y experiencias en la preparación de planes y proyectos, presentado como organizaciones sociales propuestas serias tendientes al mejoramiento del sector laboral dentro de la visión de desarrollo del país a la luz de las realidades mundiales y desde luego trabajando dentro de las empresas buscando productividad y crecimiento, compartiendo objetivos aunque cada cual mantenga su propia identidad.


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